(alojamiento por cortesía de decondicionamiento.org)
Muy pronto os informaremos de nuestros próximos movimientos.
¡Que aproveche!
No cambies de casa, no cambies de trabajo, no cambies de opinión, no cambies de cortinas, no cambies de aficiones, no cambies de amigos... y sobre todo, no cambies los tapetes de la salita de estar: Ni los toques.
Relájate dentro de tu espacio vital particular: Es tuyo, nadie puede quitártelo. Sabes que continuamente intentan apoderarse de él... ¡¡¡Arrebátartelo!!! Pero no se lo vas a permitir, no les vas a dejar que te conviertan en un perdido y en un sin hogar. Sus armas para apoderarse de lo que es tuyo son numerosas: Ventanas, internet, contratos basura o temporales... pero ¡Ja! Hasta ahora no han encontrado el método apropiado para quitarme mi más preciada estabilidad.
Sin embargo, el otro día consiguieron asustarme: Como todas las mañanas, y bien ya sabes, mi único y fiel amigo, me disponía a hacer la misma ruta diaria de comprar el periódico tras regresar a casa del trabajo, ¡Cuando, cual fue mi sorpresa al ver que el kiosko estaba cerrado! Sudé del espanto.
Lo primero que hice fue intentar relajarme delante de aquella caseta fría y sin ventanilla. "Veamos... son las cinco en punto de la tarde, un par de minutos más, y esto debería estar abierto como de costumbre... Mariano es un hombre de fiar".
No sabía como reaccionar ante tal situación: ¿Habría fallecido? ¿Le habrían robado? ¡O quizás secuestrado, quien sabe! "Dios mío, que terrible enigma; me está entrando un ataque de pánico. No, Antonio, relájate... si, debo relajarme... probablemente el bueno de Mariano hoy simplemente llegue tarde o le han atropellado a la niña, no es algo que deba afectarme...
....
¡¡¡PERO Y MI PUTO PERIÓDICO!!!! ¿Qué pasa con él? ¡Como voy a llegar hoy a mi casa sin el periódico! Esto no es lo que pasa todos los días; no puede ser bueno..."
Podría comprar el periódico en otro kiosko, te preguntarás, mi gran amigo, pero te haré una pregunta: ¿Crees que eso habría cambiado las cosas? ¿Qué habría conseguido mi objetivo? Podría comprar otro periódico, pero esa tarde, jamás leería el de Mariano. Y el mero hecho de pensar que el periódico que estoy leyendo es distinto, aunque pienses que es el de siempre, me vuelve loco; no sabría como reaccionar. ¿Quien me garantiza que mañana podré comprar el periódico nuevamente en el mismo establecimiento de siempre? ¿O de que lo hayan cambiado de lugar y tenga que dirigirme a sitios que preferiría no conocer para comprarlo? ¡Los horarios se desestabilizarían, y con ellos mi vida! Sería todo una auténtica locura: Llegaría tarde al trabajo, tendría que aumentar o rebajar mis horas de sueño, tendría.. ¡Hasta que hacer otras cosas!
“Malditos hijos de puta... esta vez me la habéis pegado bien”, pensaba completamente intranquilo. Tendré que esperarle.
Transcurrieron los minutos, las horas, el kiosko amanecía continuamente sin cambio aparente y Mariano seguía sin aparecer. Me encontraba tendido en el suelo, delante de la burlona cabina metálica, entre el caminar de los transeuntes, que me dirigían miradas de desprecio. ”Mariano llegará de un momento a otro, tranquilo Antonio... acudirá para meterse dentro de su caseta, como de costumbre, y me dará el periódico en mano para solucionar este bucle...”
Mariano no llegó, pero si unos hombres vestidos de blanco. Ahora estamos reunidos tú y yo, al fín sólos, en nuestro propio espacio vital que jamás nos podrán quitar con esos adorables barrotes de la ventana y esos guardas del pasillo.
Al fin seguros...
Somos una generación enferma.
Somos una generación adicta: a las drogas, legales e ilegales, a las relaciones destructivas, al amor, a las compras, al juego... Somos una generación que nació vendida: a las farmacéuticas, al capitalismo, a la psiquiatría... y que no pudo elegir a los compradores. Somos una generación mutada.
Somos una generación sin derecho a la revolución, ¿pues acaso no vivimos en el mejor sistema posible, o mejor dicho, en el único factible? O al menos eso nos han dicho. La sombra de la sospecha late en nuestros corazones.
Somos una generación condenada al fracaso.
Escribo desde mi cubil, desde mi puesto de observador de escaparates, de maniquíes en movimiento y luces rutilantes que ocultan la vejez, la muerte y la enfermedad. Que ocultan todo lo que no encaja en las imagenes brillantes y falsamente profundas de los anuncios publicitarios.
Somos hijos de los tópicos del club de la lucha.
Estamos a medio camino de todo, pero nos creemos al final. No habrá, sin embargo, apocalipsis que nos salve.
Somos una generación condenada a la soledad. Somos una generación condenada al miedo. Cada vez más gente vive sola, o mejor dicho, aislada. Podemos decir lo que queramos, pero no tenemos nada que decir. Nadie con quien hablar. Los seres humanos no estamos preparados para esta soledad, y el aislamiento nos convierte en seres débiles y manipulables, asustados por unos medios de comunicación que exacerban el morbo de la crónica negra. Sin familia, sin amigos, sin confianza en los demás; no nos miramos a la cara y somos como el animal que se aleja del rebaño y es devorado por los lobos. O que, demasiado asustado por esa posibilidad, acabará dejándose llevar hasta la muerte, como los lemmings, con tal de no salirse del cómodo -y siempre frágil- refugio de la dirección marcada.
No podemos avanzar. No podemos retroceder. Atrapados en nuestra jaula dorada, nos devoramos mutuamente.
Y mi generación se consume. Hablar de una crisis de valores en Occidente es como decir que un cadaver comido por los gusanos está "poco vivo". No estamos concebidos para vivir así, y el consumo de ansilolíticos, de antidepresivos, los suicidios, las enfermedades mentales y físicas crónicas, el estrés, la ansiedad... se multiplican sin cesar.
¡Necesitamos soma ya! Nos veo consumidos, intentando encajar en un sistema ciego y decadente, en una sociedad que se pudre desde dentro, que se rompe en pedazos mientras unos pocos carroñeros se reparten sus entrañas.
Yo me rebelo, aunque mi rebelión sea inútil, contra de todo lo que nos rodea. Me rebelo contra las convenciones sociales e intelectuales, contra las ideas preconcebidas, los paradigmas y los prejuicios. Contra todos los muros que nos aplastan y nos convierten en prisioneros.
Abriré mi camino a través de la pared aunque sea a dentelladas. Aunque deba dejar mi humanidad en el camino. Si esto es lo único a lo que podemos aspirar, bienvenida sea la carne nueva.
Somos la última generación.
Somos la primera.
Sólo es cuestión de elección.
Las medidas desesperadas del gabinete de Sarkozy (el cierre de la frontera con España, la proclamación veloz de la polémica Ley de Supermercados -que prohibía a los ultramarinos vender productos extranjeros sin una autorización expresa de dos Ministerios-, un contraataque promocionando en España de forma especial la nueva película de Gérard Depardieu) se tornaron estériles: tres meses después, el presidente se vio forzado a dimitir tras la caída de las ventas de productos autóctonos (en más de un 83% [cfr. Serratosa, 2008]) y la vertiginosa aparición de otras marcas de gazpacho, de origen galo, que intentaban aprovecharse de la creciente demanda de la crema. Los precios se desplomaron y decenas de miles de personas perdieron sus puestos de trabajo; los bancos se vieron obligados a declararse en quiebra y más de ocho millones de familias se quedaron sin los ahorros de toda una vida en menos de medio año. Como respuesta a la debacle, las calles fueron tomadas por el pueblo, y se registraron numerosos disturbios por todo el país que, en muchas ocasiones, acabaron en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Casi cien personas perdieron la vida y alrededor de 6.000 fueron detenidas. El gobierno provisional, recientemente constituido tras la disolución del anterior, fue incapaz de reaccionar
(...)
Ante el caótico clima de enfrentamiento y violencia, un grupo nacionalista de extrema derecha, encabezado ideológicamente por Jean-Marie Le Pen -que había sido el gran perdedor de las elecciones, al desplomarse su partido-, con la colaboración del sector más reaccionario del ejército, asaltó el Parlamento y suspendió la Constitución (...) No tardaron los golpistas en tomar las sedes de la empresa Alvalle en París y Marsella, fusilando a catorce personas vinculadas a la firma, para acto seguido declarar la guerra a España. Como respuesta, el ejército español -necesitado de un éxito tras la contundente derrota de la Guerra de las Veinte Horas en Gibraltar- atravesó los Pirineos y avanzó hasta París (...) La capital fue tomada tras dos días de combates y se instauró un gobierno provisional, tutelado por España y constituido por reconocidos españolistas. Aquel sería el primer paso hacia la anexión definitiva de los territorios franceses a España, concluida en un tiempo récord de un año y cuatro meses.
El filósofo e historiador Jacques Maguelon, ferviente antiespañolista y firme defensor de la superioridad gastronómica, moral y política de la vichysoisse sobre el gazpacho, escribiría:
"De repente, parece que todo lo que hacía grande a nuestra nación ha sido cruelmente arrasado por un maremoto de crema de tomate y pepino. En este simple plato están concentrados dos siglos de resentimiento español hacia Francia a raíz de la invasión napoleónica y, muy especialmente, los atentados contra las naranjas del último tercio del siglo XX. ¿Cómo puede la grandeur francesa, la fuerza de nuestra orgullosa nación, oponerse victoriosa a un rencor tan primario, tan pueril? Compatriotas, nosotros no nos desintegramos, sino que nos reblanceden y disuelven como a picatostes abandonados en un mar de gazpacho rojo como la sangre que tiñe las lágrimas que lloramos" [J. Maguelon, ref. 54]
“Pretendemos repensar el pensamiento, hacer de la autorreflexión constante una forma de vida: el arte es nuestra herramienta para reconfigurar el sustrato esencial de la realidad. ¡Guerra total a lo analógico! ¡No más desarrollo a partir de principios atávicos! En esta hora decisiva, nos lanzamos a la batalla a fin de romper las ataduras de nuestras mentes demasiado humanas. ¡Larga vida a La Espiral Fractal!” (Espiralín van Faigen, durante la 'Semana Fractal 2007')
1) La aparente individualidad mental de cada Uno de Nosotros no es más que la proyección social de un caótico entramado de bucles cognitivos (patrones recursivos de actividad neuronal).
2) La ejecución sincronizada de cada conjunto de bucles genera una espiral de paisajes cognitivos únicos, y de la memoria dinámica de su sucesión emerge la ilusión fractal de una biografía.
3) Una idea tiene como sustrato las redes neurales de cada cerebro en ejecución de su programa.
4) Una Red sólo conoce aquello a lo que le es posible conectar su órgano de conocimiento.
5) La Red autogestiona su órgano de conocimiento mediante un colectivo de nodos anónimos: cada Uno de Nosotros es uno de ellos en su interacción con el resto de unidades del conjunto.
6) Existen diversos Concentradores (HUBs) abiertos a conexiones desde cualquier individuo que desee enlazarse. Para conectarse es necesario definir un Avatar, un login que unifique (mediante una unidad de origen simulada) los mensajes anónimos cuya autoría el individuo decide atribuirse.
7) “La Espiral Fractal” es un Portal a la intranet mediante la cual sintonizamos nuestros cerebros hacia objetivos comunes. Se trata de un proyecto artístico en revolución permanente.
8) “La Espiral Fractal” es también una Entidad Orgánica para la investigación, mantenimiento, gestión, promoción, dirección, diseño y producción de Paradigmas (“memeplexos legislativos”).
9) “La Espiral Fractal” ha sido diseñada para insertarse en los cerebros y prevalecer de forma estadística en el conjunto total de sus bucles, hasta tomar el control de las estructuras cognitivas y modificar su funcionamiento. Su objetivo es lograr que los cerebros infectados por ella prevalezcan a su vez en las redes sociales y de ese modo trascender ella misma al inconsciente colectivo.
10) Y el resto se sigue de aquí. Pónganse cómod@s, conéctense y... ¡disfruten de la función!
http://www.laespiralfractal.es